En el año 1975 la Organización de Naciones Unidas celebró el año Internacional de la Mujer.
Dos años más tarde en diciembre de 1977 la Asamblea General de la ONU en su Resolución 32/142 33 invitó a todos los estados a que proclamasen, de acuerdo a sus tradiciones históricas y costumbres nacionales, un día del año como «Día de las Naciones Unidas para los derechos de la mujer y la paz internacional» y que informaran de ello al Secretario General. Fue así que diferentes países comenzaron a coincidir en el día 8 de marzo como día para su celebración.
Esta fecha contiene una historia diversa para arribar a la misma, desde Rusia, Dinamarca, Estados Unidos, en cuanto a hechos y situaciones ocurridos en éstos países, con protagonismo femenino, en algunos casos costando la vida de mujeres y en otros ellas al frente de movilizaciones.
Las consecuencias de estos hechos trascendieron a la vida civil de esas naciones e incluso promovieron modificación de legislaciones. Nuestra historia mundial y nacional cuenta con ricos antecedentes de logros femeninos mediante actos pacíficos, por mujeres que hacían y producían cambios en el rol que les tocaba.
Cada día cientos de mujeres en el mundo, contemporáneamente y en simultáneo construyen realidades que trascienden al resto de las latitudes. Celebrar el día internacional de la Mujer, de la Mujer Trabajadora, de la mujer libre, empoderada, trabajadora de y para la paz es motivo para recordar la presencia femenina en cada una de las actividades de la vida cotidiana.
AMJA, Asociación de Mujeres Jueces de Argentina, entidad que nuclea a mujeres y varones que ejercen la magistratura como así funciones en el ámbito del Poder Judicial, afirma la libertad para ejercer sus derechos de manera creativa, pacífica y tolerante de la libertad de pensamiento, reflexión y decisión.
La historia nos devela un largo y en ocasiones cruento camino recorrido por las mujeres del planeta para acceder a derechos como el voto, espacios legislativos, universitarios de estudio y docencia, empresariales, públicos.
Todo ello lo que ha logrado es la clara convicción de que el camino del empoderamiento femenino es una tarea diaria en cada uno de los espacios en que cada mujer desarrolla un rol. El hogar, el trabajo, las entidades educativas, esposa, madre, hija, amiga, profesional, estudiante, niña, adolescente, artista, y en esos espacios y roles el encuentro y construcción con otras mujeres y varones de un mundo más sensible, más saludable y más equitativo.
Desde el rol que desarrollamos los miembros de AMJA en cada espacio del Poder Judicial que nos toca y en el que a diario la realidad nos llama a resolver conflictos y decidir, desde nuestros lugares de trabajo deseamos que este 8 de marzo sea un verdadero día de celebración de los logros de las mujeres, que miremos el camino recorrido como capital de lo que aún queda por recorrer y lograr.