En la jornada del viernes 31 de julio del corriente se desarrolló una audiencia solicitada por un interno penitenciario que se encuentra detenido en el Instituto Penitenciario Provincial, y que pedía ser devuelto al Centro de Detención de Trelew, lugar en el que venía cumpliendo su condena.
El defensor público Sergio Rey, comenzó con la exposición de motivos solicitando que su representado, Guillermo Ezequiel Andrada, sea restituido al Centro de Detención de Trelew.
Andrada estaba cumpliendo casi la mitad de su condena de 8 años en ese centro hasta que fue trasladado sin motivos aparentes al Instituto Penitenciario Provincial ubicado en la ruta nacional n° 3. Esta situación había generado la disconformidad de Andrada por cuanto, según el letrado, en Trelew había adquirido beneficios pautados producto de su buena conducta y demás antecedentes positivos. Lo más destacado era la responsabilidad que le habían asignado al frente del gimnasio del lugar.
Esta situación había sido corroborada por el comisario Carlos Momberg, jefe del mencionado centro, agregando que Andrada solo había tenido dos incidentes de conducta con otros detenidos pero que solo ameritó un llamado a la reflexión.
A su turno, el comisario Carlos Sosa, director del IPP explicó que el traslado en cuestión respondía a una reorganización de los detenidos en distintos centros hacia el IPP, habida cuenta de una asignación de módulos de alojamiento que permitía ingresar más reclusos y descongestionar los demás lugares. Para ello, explicó que unos de los criterios utilizados era tener una condena de 10 años en adelante para ser seleccionado y trasladado.
Luego de ello, la jueza María Tolomei, le otorgó la palabra a Guillermo Andrada. Este empezó su relato resaltando y agradeciendo la presencia del comisario Sosa en su acto de egreso al culminar sus estudios secundarios. Luego describió sus actividades dentro del centro de detención, destacando la responsabilidad que había logrado al frente del gimnasio. Compromiso este que, inclusive, le había traído algunos inconvenientes y antagonismos con otros internos ya que era el garante del reglamento de funcionamiento del espacio.
Explicaba que, al hacer cumplir esas reglas, algunas veces tenía que pasar momentos de tensión, pero entendía que sino lo hacía así era probable que pierda ese beneficio que había logrado. Relató con lujos de detalles todo lo que se hizo para poner en funcionamiento el lugar, desde la fabricación casera de pesas y aparatos para ejercitar hasta la limpieza y mantenimiento general.
Asumió su equivocación
Antes que Andrada pueda concluir su exposición, fue interrumpido por el director del IPP, pidiendo le sea otorgada la palabra. Sosa manifestó conocer a Andrada, sus antecedentes favorables, su conducta positiva y la proactiva actitud a la hora de encarar los talleres laborales y educativos que plantea el sistema carcelario. Y allí fue que reconoció haberse apresurado al firmar su traslado, “debo reconocer que lamentablemente me equivoqué”, sentenció el funcionario de la fuerza de seguridad.
Seguidamente ofreció restituir al condenado al centro de detención lo más rápido que se pueda.
Ante esta situación tomó la palabra el abogado Rey, quien además de reconocer lo insólito de lo ocurrido, le indicó a la magistrada que el motivo de la audiencia había caído en abstracto ya que la solución vino de parte del mismo reconocimiento del comisario Sosa.
Finalmente, en relación a ello, la jueza Tolomei coincidió con el defensor Rey sobre lo sucedido, pero además resaltó la actitud del director del IPP por haber reconocido la equivocación y permitir resolver la cuestión que motivó el pedido de Andrada.
Informa: Agencia de Comunicación Judicial