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botta*Por Vanina Botta

Cada 10 de octubre es el día de la SALUD MENTAL, una efemérides impulsada con el objetivo de recordar que la salud de cada individuo es la sólida base para la construcción de vidas plenas y satisfactorias.

La salud mental es un proceso determinado por componentes históricos, socio económicos, culturales, biológicos y psicológicos. Proceso dinámico que, durante el curso de nuestras vidas, se va moldeando al tiempo que interaccionamos con diferentes contextos y personas.

La salud mental es un componente de la salud en general. La buena salud mental hace posible que las personas materialicen su potencial, superen situaciones estresantes, atraviesen duelos, trabajen, hagan aportes a su comunidad, persigan sus objetivos, amen y participen en la construcción de una sociedad mejor.

El derecho a la salud es indiscutiblemente uno de los derechos fundamentales y básicos, un aspecto fundamental de la identidad, sin él, es imposible acceder a otros derechos.

Teniendo en cuenta los retos de una sociedad que cambia a una velocidad vertiginosa, la complicada situación económica, las desigualdades existentes, las consecuencias devastadoras de la pandemia por Covid y los duelos que debemos procesar ante este trauma colectivo; no resulta extraño que muchas personas vean afectada su salud mental.

Existe un nivel alto de agotamiento emocional, de cansancio y de estrés, un nivel de violencia y de irritabilidad que flota en el ambiente y que genera más tensión aun.

Al contrario delo que se cree, los padecimientos mentales no son algo raro o poco frecuente. Estudios de la OMS (Organización Mundial de la salud) /OPS (Organización Panamericana de salud) dan cuenta de que los trastornos mentales están dentro de las cinco primeras causas de enfermedad en América. El alcohol y la depresión son los problemas más frecuentes en salud mental.

En Argentina, 1 de cada 3 personas presenta un problema de salud mental a partir de los 20 años. Las problemáticas más frecuentes son los trastornos de ansiedad, del estado de ánimo y los problemas por consumo de sustancias.

El secreto y la vergüenza que flota sobre quienes tienen sufrimientos mentales y sus familias, lo prejuicioso de las miradas de los demás, lo estigmatizante, la falta de empatía con el sufrimiento de miles de personas, las ideas negativas y erróneas de lo que es un problema de salud mental.

Estas cuestiones generan vergüenza en quien está atravesando una situación difícil y demora en las consultas, lo que genera riesgo de tener otras enfermedades y de lesiones intencionales.
Se comienza a hablar algo sobre la salud mental de la población a partir de la pandemia. Se comienza de a poco a poner en palabras algo de estos padecimientos de esta agonía pandémica, algo de reconocer los padecimientos mentales como propio de la sociedad que nos toca vivir.

Esta puede ser una oportunidad única y necesaria para hablar de salud mental, para exigir presupuestos para salud mental y para pensar en políticas públicas que incluyan los cuidados de la salud mental y emocional, pensar que podamos socializar lo que nos pasa y nuestras emociones, en contra de este sistema que nos ha hecho socializar y exponer triunfos y falsas alegrías y nos ha hecho guardar, esconder e individualizar las penas y los fracasos. Cantantes, artistas, deportistas de elite, pibas, pibes, viejas, viejos, nosotras, ellos, ellas, todas, todos, todes, podemos ver afectada nuestra salud mental.

Se demuestra otra vez y cada día aquello que es advertido desde la estadística, 1 de cada 4 personas puede ver afectada su salud mental en algún momento a lo largo de su vida.

Que este día mundial de la salud mental nos permita pensar en tender puentes solidarios, en la cooperación, la tolerancia, como herramienta para construir comunidad y en que es una deuda invertir en salud mental, no solo como una cuestión sanitaria sino también como una cuestión de justicia social que permitirá sociedades más sanas, justas y equitativas. Y que también nos permita entender que cualquier persona, en cualquier lugar y en cualquier momento puede verse afectada por un trastorno mental, así podremos reflexionar acerca de los prejuicios y estigmatizaciones.

Sin salud mental no hay salud. Salud mental para todos y todas.

*Dra. Vanina Botta. Médica forense en el Poder Judicial de Puerto Madryn. Especialista en Psiquiatría.