Cada año, más o menos en estos días de diciembre, solemos reunirnos en la mesa familiar para celebrar la Navidad, con independencia del credo que profesemos, y luego para despedir el año que finaliza, y quizás, festejar la llegada del Año Nuevo.
Siempre se despide el presente con la esperanza de un porvenir mejor.
También es la ocasión para darnos unos momentos para la reflexión y hacer un rápido balance de un año que se aleja y que, a lo mejor, esté cargado de angustias e incertidumbres, pero también, como ya se dijo, de esperanzas y alegrías.
Algunos podrán decir que hay mucho, poco o nada que festejar y, seguramente, tendrán sus razones para pensar de esa manera.
Durante el año que finaliza, el Poder Judicial se vio afectado por múltiples factores que alteraron su normal funcionamiento, como por ejemplo, la pandemia de COVID-19 y la cuestión salarial y que, a pesar de esos embates, no pudieron lograr paralizar la prestación del Servicio de Justicia, el que se siguió prestando, a veces en forma mínima, día a día.
Sin embargo, los hechos acaecidos en los días pasados en esta ciudad han dejado secuelas en lo material y en lo social.
Sin embargo, y a pesar de los hechos descriptos, también encontramos motivos para celebrar.
Celebramos la llegada de quienes vienen a completar las vacantes de los cargos de ministros.
Celebramos la llegada de las primeras magistradas designadas para el Superior Tribunal de Justicia, hecho verdaderamente histórico y que cumplimenta un anhelo de larga data.
Celebramos el trabajo de cada una de las personas que componen este Poder Judicial, que sin distinción de jerarquías y en cada rincón de esta Provincia, se brindan por un mejor Servicio de Justicia.
Entendemos que debemos mirar hacia adelante y empezar a reconstruir con firmeza y perseverancia los lazos entre el Poder Judicial y la sociedad chubutense, aun a pesar de aquellas voces agoreras de quienes enmascaran únicamente ambiciones personales detrás de un colectivo social.
Interpretamos que hemos perdido mucho tiempo en inútiles confrontaciones que, a la vista está, sólo nos han dado grandes males.
Asumamos ya el desafío de anteponer al pesimismo lo mejor de nuestro trabajo en pos de una reconciliación que la sociedad nos reclama.
Con la confianza puesta en un futuro mejor, les deseamos Felices Fiestas.
Dr. Alejandro Javier Panizzi – Dr. Mario Luis Vivas – Dra. Camila Lucía Banfi
Dra. Silvia Alejandra Bustos – Dr. Daniel Esteban Báez – Dr. Ricardo Alberto Napolitani